



El divertido dragón Joe se convierte en el compañero perfecto de juegos para los más pequeños. Con sus manos imantadas, puede taparse los ojos para jugar al “cucú-tras” con el bebé, despertando la risa, la sorpresa y la curiosidad.
En su barriguita esconde un gran espejo que invita al niño a reconocerse, experimentar con las expresiones y estimular su autodescubrimiento. Además, bajo sus tres etiquetas se esconden ilustraciones secretas que el bebé podrá ir descubriendo al levantarlas, fomentando la exploración y la motricidad fina.
Un juguete tierno y educativo que combina el juego libre con el desarrollo sensorial y emocional del bebé.